"Michael sacó de atrás del depósito del inodoro un arma.
Se tomo un momento antes de dejar fluir su pensamiento.
Y el pensamiento fue, “listo, ahora sí”.
Era la hora de ajustar las cuentas.
Ya habían pasado varios días desde el ataque a su padre en la puerta de la verdulería.
De hecho, no iba a poder despedirse de él, una vez terminado este asunto y su posterior fuga a alguna isla italiana.
Luego de pensar, “listo, ahora sí”, un tren pasó por lo lejos. Pero él lo siente cerca, muy cerca.
Casi tan cerca, que parecía que el tren pasaba por dentro de él.
Se secó el sudor de su frente con su mano derecha. También se alisó el pelo.
El arma, como bien habían dicho, estaba protegido en su empuñadura “para hacerlo imposible de rastrear”.
El tren seguía pasando mientras Michael pensaba en un espacio oscuro y misterioso.
“Ese es el futuro que me espera”, imposible saber que iba a suceder.
En principio, había que salir, sentarse, comer un poco más y, sin dejar pasar demasiado tiempo, levantarse y pegar dos tiros.
Es lo que la familia hace. Es lo que la familia es.
Es por mi padre. Es por negocios.
Hace unos meses era un simple soldado de la segunda guerra mundial.
Algo que su padre había rechazado. “Esperaba de vos que fueras senador, que le des un valor al apellido familiar”, le diría su padre tiempo después.
Y era tal vez por ese desacuerdo con su padre, por esa negación del padre hacia el hijo, que finalmente Michael decidió salir del baño dispuesto a pegar esos dos tiros."
Orta, nos habló de tres grandes villanos, este es uno de ellos.
miércoles, 15 de diciembre de 2010
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