lunes, 14 de febrero de 2011
Un viaje en el 15 de noche
Tal vez se puede leer escuchando a YMA SUMAC
"Las carretas vienen llenas", gritaba alguien en alguna película. Viajar de noche en colectivo tiene algo extraño. Puede ser una triste película argentina o una pesadilla racional. Hay algo de amabilidad, hasta casi de cordialidad. Algunos vuelven de laburar, otros recién empiezan la noche. Unos que bajan en Puente La Noria y otros en Las Cañitas. Pero por un momento todos en el mismo barco.
En Canning y "coso" algunos bajan al McDonalds. En Canning y Santa Fe, bajan unos rubios. Delante mío, un flaco con mucho olor a cigarrillo. Mucho. Atrás una habla por su celular con el que tiene al lado. Y los tres flacos del fondo, juegan a algún juego. Nadie parece mirar a nadie. Podría ser una verdadera escena de transición (de escasos segundos, eso si).
Ahora el 15 dobla a la derecha en la Avenida Santa Fe y le pega derecho hasta Plaza Italia. Se ahorra toda la vuelta hasta Las Heras. De repente "Cley" y (sueño con) Luis María Campos está 10 minutos antes.
Recordé la primera vez que usé internet de "alta velocidad". ¿Era tan veloz como ahora? ¿O nosotros vamos más rápido?
Cuestión, hecho concreto, el 15 ahorra 10 a las 11 de la noche si vas desde "coso" hasta "Cley" y (sueño con) Luis María Campos.
Tiene algo de encantador leer de parado en el 15. También de incómodo ante las frenadas y el extraño concepto del piso antideslizante que tiene este colectivo. Parece un pasto sintético. De diseño, el modelo de la foto es paupérrimo. Esta lleno de fierros y alguna vez he visto a alguno clavarse unas flexiones. Si te sentás en los penúltimos asientos, mejor que bajes en Benavidez, sea para el lado que sea que estés yendo. El espacio es tan reducido que estoy convencido de que esto es la venganza de alguien para con alguien.
Me siento y sigo leyendo "La Isla del Tesoro" de Stevenson como parte de una investigación para escribir un guión, John Silver encara su "embajada", negocia antes del ataque. Y cuando el ataque empieza, se parece mucho a viajar en el 15 de noche. Es tan real, tan increíblemente real que el tiempo se estira y ya no importa si llegás 10 minutos antes o 10 minutos después.
Eso si... cuando dejé de leer, me había pasado 10 minutos. O mejor dicho, 20.
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domingo, 13 de febrero de 2011
¿Carnaval?
Ayer caminé tranqui hasta la parada del colectivo solo para descubrir que dos cuadras más allá había comenzado el Carnaval o habían cotado una gran avenida de doble mano, vaya a saber uno para qué.
Todo bien con el festejo pero... ¿es mucho quilombo que se informe el recorrido de los colectivos? En la parada, todos los que esperábamos parecíamos Zombies... mirando sin saber a dónde, por dónde tenía que pasar o si iba a pasar el colectivo en cuestión.
Además, como lo "ortiva" anida potencialmente en cada corazón del ser humano, los colectivos que, aun alterando su recorrido pasaban por donde estábamos esperando pero no tenían parada ahí, seguían de largo... asi fue que un viaje de 15 minutos se convirtió en un viaje de 45.
The Fighter
Ayer tuve la oportunidad de ver algo que entre los amigos podríamos llamar... "Rocky 7" (si no hice mal la cuenta). "The Fighter" es la nueva peli de David O. Russel un director muy interesante. Recuerdo "Flirting With Disaster" o "Tres Reyes" o "I Love Huckabees", tres películas muy diferentes entre sí pero con un hilo conductor claro. Si lo que nos domina es la ambición (del poder, de los sentimientos, del dinero) algo cambiará para que nos humanicemos un poco. Mucho o poco, es indistinto. Lo importante es reconocer ese "foco mal puesto".
"The Fighter" es eso. Pero es tan básica en su planteo que sorprende por la no sorpresa. Mark Whalberg le mandó el guión a Scorsese para que lo dirija. ¿Podríamos suponer que es porque "Scorse" hizo "Raging Bull"?
En "Raging Bull", el boxeo es una metáfora del autocastigo. Los golpes son "merecidos" de acuerdo a la visión católica de Scorsese y de Jake LaMota.
En "The Fighter", los golpes se convierten en virtuosismo técnico.
Donde en "The Fighter" se escuchan un diálogo como "este es tu momento, pégale por toda la mierda que has vivido" en "Raging Bull" los golpes más importantes son los recibidos, como se ve en la escena de la cárcel, con un Jake LaMota caído en desgracia golpeando con violencia sus puños y su cabeza contra las paredes de la celda.
Lo mejor de "The Fighter", Cristian Bale. Vale toda la película. Gran actor.
Aquí, la secuencia de títulos de "Raging Bull" que encierra toda la gran metáfora de una de las obras maestras de Martin Scorsese.
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